CICLO EVOLUTIVO DE LOS PARASITOS. TIPOS DE HUESPEDES
Ciclo evolutivo es el conjunto de etapas y transformaciones que experimenta un parásito durante su desarrollo se conoce como ciclo evolutivo o ciclo biológico.
Estos ciclos pueden ser:
- directos o monoxénicos si el parásito requiere de un solo huésped para todo su desarrollo o indirectos o heteroxénicos si necesita dos o más huéspedes. En los ciclos directos o monoxénicos el huésped infectado transfiere al medio ambiente las formas infectantes de los parásitos para su paso al huésped susceptible. Por ejemplo Giardia intestinalis
- En los ciclos indirectos o heteroxénicos los parásitos necesitan pasar por dos o más huéspedes de distinta especie para alcanzar su pleno desarrollo. Así se distinguen huéspedes intermediarios y huéspedes definitivos. Por ejemplo Echinococcus granulosus
El huésped definitivo es aquel en el cual el parásito se reproduce sexualmente o adquiere el estado adulto, es decir aquel que alberga las formas más evolucionadas del parásito. Por ejemplo el hombre es huésped definitivo de Taenia saginata. Y el gato de Toxoplasma gondii.
El huésped intermediario es el que alberga las formas intermedias, es decir las formas larvarias de los helmintos o los estadios de multiplicación asexuada de los protozoos. Por ejemplo el ganado vacuno es huésped intermediario de Taenia saginata, el hombre es huésped intermediario de Toxoplasma gondii.
El huésped puede ser normal (habitual) o accidental. Cuando el huésped accidental es ineficiente y permite sólo la evolución incompleta del parásito, se lo denomina paratenico, en este caso para que el ciclo prosiga este huésped debe ser ingerido por otro y su utilidad radica en la diseminación del parásito, por ejemplo ratón para Toxocara canis y gorgojos para Hymenolepis nana. Cuando el huésped accidental permite el desarrollo completo del parásito comportándose como huésped habitual, se lo denomina vicariante, por ejemplo la hidatidosis en el hombre que es producida por el estadio larvario, hidátide, del Echinococcus granulosus.
Los parásitos tanto protozoarios como metazoarios, deben adaptarse a diferentes hábitats por lo que en su ciclo de vida presentan diversos estadios y cada uno de ellos tiene características propias que les permiten sobrevivir en el nuevo medio.
Así los protozoos intestinales, aun los mas primitivos y con ciclos evolutivos más simples, presentan por lo menos dos estadios: uno quístico de resistencia y con capacidad metabólica y reproductiva limitadas y otro, el trofozoíto, con gran capacidad reproductiva y con el máximo grado de funciones metabólicas del parásito. En este caso el quiste, una vez alcanzadas ciertas condiciones, es el elemento infectante y el trofozoíto es el que se instala y reproduce activamente en el huésped, pudiendo dañarlo por diferentes mecanismos.
Por otra parte, los protozoos de la sangre y tejidos presentan ciclos más complejos y pueden requerir más de un huésped para su evolución, en cada huésped se diferencian, pasando por diferentes estadios, cada uno con características morfológicas y fisiológicas propias, indispensables para sobrevivir en cada ecosistema. Por ejemplo las especies de plasmodios capaces de producir el paludismo humano, deben adaptarse al hepatocito y eritrocito del hombre y posteriormente al tracto digestivo, cavidad celómica y glándulas salivales del mosquito Anopheles. De manera similar, en el caso del Tripanosoma cruzi, el parásito debe adaptarse a sangre y células del mamífero y al intestino del tritomineo vector (vinchuca).
quiste
trofozoito
En el caso de los metazoarios, estos procesos pueden ser más complejos. Por ejemplo Diphyllobotrium Latum, requiere adaptare a tres huéspedes: un molusco, un pez y un mamífero. Estos parásitos, durante su evolución pasan mínimamente por tres estadios: huevo, larva y adulto, pudiendo existir más de un estadio larvario. El huevo es un elemento de semiresistencia. Según la especie, puede ser infectante en el momento de se eliminado, como es el caso de Taenia saginata y Taenia solium, o bien puede evolucionar rápidamente y en pocas horas contener una larva infectante, como el caso de Enterobius vermicularis. Otros requieren de un periodo en un medio ambiente adecuado, terrestre, como Ascaris lumbricoides y uncinarias, o en un medio acuático como el caso de Fasciola hepatica, para evolucionar y contener o liberar el estadio infectante.
Ciclo biológico de Giardia intestinalis (monoxénico)
Ciclo de vida de Echinococcus granulosus (heteroxénico)