Microbiota e Infarto: Un Algoritmo Revoluciona la Prevención Cardiovascular desde Córdoba
 Una nueva era en la medicina preventiva se abre paso desde el sur de Europa. Investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), en colaboración con el Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba (UCO), han desarrollado un modelo matemático basado en inteligencia artificial capaz de predecir el riesgo de sufrir un nuevo infarto a partir del análisis de la microbiota intestinal. Este avance, enmarcado en el ensayo clínico CORDIOPREV, ha sido recientemente presentado y valorado como uno de los hitos más significativos del año en el ámbito de la salud cardiovascular y la medicina personalizada.
Una nueva era en la medicina preventiva se abre paso desde el sur de Europa. Investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), en colaboración con el Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba (UCO), han desarrollado un modelo matemático basado en inteligencia artificial capaz de predecir el riesgo de sufrir un nuevo infarto a partir del análisis de la microbiota intestinal. Este avance, enmarcado en el ensayo clínico CORDIOPREV, ha sido recientemente presentado y valorado como uno de los hitos más significativos del año en el ámbito de la salud cardiovascular y la medicina personalizada.
Una base científica sólida: el estudio CORDIOPREV
El estudio CORDIOPREV (CORonary Diet Intervention with Olive oil and cardiovascular PREVention) es un ensayo clínico de intervención dietética a largo plazo, iniciado en 2009, que ha seguido durante más de una década a 1.002 pacientes que ya habían sufrido un infarto de miocardio. Liderado por el Dr. José López Miranda, catedrático de Medicina Interna en la Universidad de Córdoba y director científico del IMIBIC, este proyecto ha sido pionero en demostrar cómo distintos patrones dietéticos, particularmente la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra, influyen en la prevención de eventos cardiovasculares recurrentes.
Sin embargo, los investigadores del IMIBIC han ido más allá. En lugar de limitarse a observar parámetros clínicos clásicos como lípidos, inflamación o tensión arterial, han incorporado el análisis de la microbiota intestinal como un nuevo eje predictivo. Para ello, se han recogido y estudiado muestras fecales de 277 pacientes, utilizando técnicas avanzadas de secuenciación del ADN microbiano.
Inteligencia Artificial aplicada al corazón
La clave de este avance reside en el uso de modelos de aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial que permite extraer patrones complejos e interacciones no lineales a partir de grandes volúmenes de datos biológicos. El equipo de bioinformáticos del IMIBIC, en colaboración con expertos en análisis de datos de la UCO, desarrolló algoritmos que identifican perfiles específicos de microbiota asociados a una mayor o menor probabilidad de sufrir un nuevo evento coronario.
El resultado es un modelo predictivo que, con una precisión significativa, discrimina entre pacientes con mayor o menor riesgo de recurrencia cardiovascular, basándose exclusivamente en la composición de su microbiota intestinal.
Este enfoque no solo refuerza la importancia del eje intestino-corazón, cada vez más reconocido en la literatura científica, sino que proporciona una herramienta no invasiva, personalizable y potencialmente integrable en la práctica clínica para la estratificación de riesgo.
Implicaciones clínicas y futuras líneas de trabajo
Según el Dr. López Miranda, "la microbiota intestinal se está revelando como un biomarcador extraordinariamente útil, no solo para entender mecanismos patogénicos, sino también como base para terapias personalizadas y estrategias preventivas adaptadas al perfil microbiano de cada individuo".
El equipo planea ahora ampliar el modelo incluyendo cohortes externas y validaciones clínicas en otros centros hospitalarios, con el objetivo de convertir esta herramienta en una guía complementaria para cardiólogos y nutricionistas. Asimismo, se abre la posibilidad de desarrollar dietas diseñadas específicamente para modular la microbiota y reducir el riesgo cardiovascular.
Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo del Instituto de Salud Carlos III, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
Conclusión
La integración de inteligencia artificial con datos ómicos, en este caso microbioma intestinal, marca una nueva frontera en la medicina de precisión. Desde Córdoba, un equipo multidisciplinar ha demostrado que es posible anticipar con mayor exactitud el riesgo de infarto recurriendo no a imágenes cardíacas ni a pruebas invasivas, sino al invisible ecosistema que habita nuestro intestino.
Este avance sitúa a la investigación biomédica española en la vanguardia internacional y abre la puerta a una cardiología más preventiva, personalizada y eficaz, en la que los datos y los algoritmos se convierten en aliados esenciales del clínico.

